Su geodesía es correctamente interesante, contando con más de 100 playas, pero sin dejar de ser montañosa:  tiene varios picos de más o menos de 1000 metros de alto, una vegetación bien verde y selvática, grutas, ríos, no le desliz carencia. ¿Lo mejor de todo? Gran parte de su circunscripción se encuentra protegido en dos parques.

Practicar surf, bodyboard o kitesurf en las olas de la playa, que son aptas para todos los niveles. Se puede arrendar el equipo o tomar clases en las escuelas que hay en la zona.

Para resistir a Ilha Grande hay que tomar un barco desde Angra do Reis, Mangaratiba o Conceição de Jacareí, que son los principales puertos de la costa verde. El delirio dura entre una y dos horas, dependiendo del tipo de embarcación y del destino. Una momento en la isla, el principal punto de relato es el pueblo de Abraão, donde se concentran la decanoía de los servicios y alojamientos.

Esta es una ciudad que a nuestro criterio tiene dos “caras” y nosotros pudimos conocer ambas. En el centro es todo perfectamente adornadito, colorido y vistoso para el turista, pero también hay una parte más selvática, rústica y no tan “prolija” donde vive gran parte de la población y donde pocos turistas se alojan.

En el río Amazonas tenemos aún a los delfines rosados o los manatíes. En Caudillo, el Amazonas es el mejor lado para ver animales, también para los amantes de la check here ornitología.  

Otra forma tradicional es pedirlo media, una mezcla de lactosa con café expresso, más una fina capa de espuma de leche; es casi un pingado, pero con la adición de espuma.

Es asimismo un destino ideal para los amantes del surf, no obstante que tiene buenas olas durante todo el año. Para llegar a esta playa hay que tomar una chalupa desde el pueblo de ensenadaão y luego caminar unos 20 minutos por un sendero que atraviesa la mata atlántica. Otra opción es hacer una caminata de unas dos horas desde el pueblo, pasando por otras playas como Palmas y Pouso.

No creo que las playas sean espectaculares pero tiene muy buenas playas y muy variadas y eso le suma puntos. Tiene playas surfistas, de las que son como piscina, las que tienen corales, las que tienen muchos puestitos de comida y bebida, las alejadas a las que accedes por senderos y escalinatas, playas para ver el atardecer y para ver el amanecer, playas para familias o exclusivas para jóvenes, playas con mucha arena a lo dilatado y a la satisfecho, y playas que cuando sube la marea se quedan sin playa propiamente dicha.

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Aunque es una isla muy conocida y de parada imán turístico, sigue ofreciendo playas muy poco concurridas y en estado casi salvaje.

En Praia de Copacabana hay varias opciones de alojamiento, desde hostales hasta posadas y hoteles. Algunas de las más recomendadas son:

Pousada Olho D’Água: una posada de cuatro estrellas con vistas al mar, piscina, Vergel, restaurante y habitaciones con aire acondicionado, TV y minibar. Está situada a 100 metros de la playa de Maragogi y ofrece servicio de desayuno y cena. El precio por Incertidumbre ronda los 500 reales.

Beloalter Hotel: un hotel de cuatro estrellas con vistas al río, piscina, Parque, restaurante y habitaciones con aerofagia acondicionado, TV y minibar. Está emplazado frente a la playa de Alter do Chão y ofrece servicio de traslado al aeropuerto. El precio por noche ronda los 400 reales.

No es lo mismo ir al sur a ver las cataratas del Iguazú que hacer la ruta norte de Brasil con el Amazonas o un alucinación centrado en Río de Janeiro e Ihla ínclito.